Hablando de hazte oír
Hace unos días una organización llamada hazte oír se ha visto rodeada de
polémica. La organización, que según ellos promueven “la participación política
y defender la vida y la dignidad humana”, han publicado un libro llamado “El
libro que no quieren que leas”, del que hablaremos después, y han puesto
propaganda en unos autobuses con la siguiente “enseñanza”:
“Los niños tienen pene.
Las niñas tienen vulva.
Que no te engañen.
Si naces hombre, eres hombre.
Si eres mujer, seguirás siéndolo.”
“El
autobús que no miente” según algunos. Yo lo bautizaría como “el autobús que no
respeta”.
Rápidamente les han llovida las críticas porque, ¿quién son ellos para
decidir sobre la identidad de cada persona?
Aunque lo peor es ver su defensa en RRSS y toda la gente que los apoya.
Unos aprovechan para criticar a la izquierda acusándolos de “tergiversar lo que
quieran y anunciar la mentira”; una madre les agradece su acción (espero de
corazón que su hijo no tenga que pagar las consecuencias); y otros les aplauden
por explicar biología y luchar contra la ideología de género. Incluso hay gente que tuitea que “parece
mentira que en 2017 se tenga que explicar algo que es de preescolar”. No,
perdona, lo que parece mentira es que en 2017 se siga sin respetar las
libertades de las personas, ya que a ti, querida, no te afecta en nada lo que
decida hacer la gente con su cuerpo, pero en cambio este tipo de campañas
afectan a todo el colectivo que aún, por gente como tú, siguen sin tener el
respeto que merecen por ser, simplemente, personas, como tú y como yo. Pero no,
tú insistes en recortarles su libertad, en perseguirles, sin saber el daño que
puedes llegar a causar.
Pasemos a ese libro que han escrito.
Empiezan, básicamente, citando leyes nuevas que defienden la no
discriminación al colectivo LGTB y alegan sus derechos, como los de todos los
ciudadanos, cosa que ellos critican ya que defienden que esos derechos se garantizan en la Constitución. ¡Por supuesto que se garantizan
en la Constitución! Lo malo es su derecho básico de poder
vivir en paz no se respeta, por eso hay que crear nuevas leyes para reforzar esos
derechos. Al igual que se crean leyes para defender a las mujeres ante la
violencia machista. Así que tranquilos, que el hecho de que una persona del
colectivo tenga leyes que los protejan no te quita a tu libertad. Bueno, claro
está, a no ser que tú quieras perseguirlos y criticarlos como hacéis con
vuestro autobús. Entonces sí, no tienes libertad para decidir sobre cómo vivir
sus vidas, lo siento.
EL libro continúa hablando de más cosas, que no voy a ir comentando todas ya que nunca acabaríamos
y una servidora tiene que estudiar, llegamos al punto en el que hablan de cómo
se ha icluido esa ideología en el aula. Citan como se ha introducido en el
currículo y critican que si un colegio choca con estas enseñanzas “estas leyes permiten entrar en éstos por
asalto, imponer la cosmovisión oficial y neutralizar la discrepancia”, tachando
estas leyes de tener un “carácter totalitario y persecutor”. Hagamos una pausa
para analizar todo esto. ¿En qué momento nos parece mal que se enseñe a los
niños que existen las personas homosexuales, bisexuales o transexuales y que
ellos podrían serlo y no hay nada malo de ello? Lo que estaría mal es decirle
al niño o a la niña que son como han nacido y que no pueden querer estar con
nadie de su mismo género porque entonces si un día ese niño se enamora de un
niño o se siente una niña no va a entender qué le está pasando ni por qué a la
gente como los que han escrito este libro les parece tan mal.
Para acabar con el tema del libro (no tengo tiempo ni ganas de seguir leyéndolo),
citan que “Algunas de estas leyes, las más radicales, contemplan la posibilidad
de que los padres con hijos que padezcan un trastorno de la identidad de género, también llamada disforia de género, se nieguen a
permitir que se experimenten con ellos”. Y critica que la administración pueda
pasar por encima de los padres si el menor está sufriendo a causa de que sus
padres no le dejen ser como él quiera ser.
En fin, estoy segura de que hay muchas más cosas dentro de este libro que
merezcan la pena comentar pero hasta aquí hemos llegado.
Sigo esperando a que digan que toda esta campaña es una broma porque es lo
que parece.
Creo que no es tan difícil vivir y dejar vivir al resto. Se supone que
estamos en un país adelantado ideológicamente pero a veces parece que no,
muchas veces de hecho.
Sé feliz y deja que el resto sean felices siendo quién quieran ser y amando
a quién quieran amar, así de sencillo.
Pink